Al sostener con su presencia este como sí, el analista soporta el acto, su acto, cuya ley está dictada por una hiancia que hay que franquear. Esta hiancia está presente en la menor interpretación que convierte la indeterminación del sujeto en certeza eventualmente oracular. La hiancia del acto se franquea en cada interpretación, y el psicoanalista se presta a ello sin saberlo. Una interpretación es un golpe de dados que aparenta abolir el azar, y que es, en efecto susceptible de verificarse. (…) Y es justamente en esta hiancia del acto donde puede ubicarse el examen del pase, que no vale para quien el franqueamiento de la hiancia se volvió acostumbrado, rutinario, sino para el clínico reciente o, al menos, para aquel en quien sigue presente el asombro del primer atravesamiento del acto.
Jacques Alain Miller
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