El analista mismo, si se vuelve objeto a del cuerpo del analizante está entonces en posición de caer o de separarse del analizante. Es por eso que se pone como ejemplo el caso de la joven homosexual de Freud. “ Con la joven – que es un caso en el que la función del a es, en cierto modo, tan prevalente que llegó a pasar a este real, un pasaje al acto, del que, sin embargo, él comprende muy bien la relación simbólica- Freud se da por vencido y dice: no llegaré a nada, y la deriva a una colega. Es él quien toma la iniciativa de dejarla caer”.
Eric Laurent
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