Solamente el acto que está presente en la interpretación puede producir esa certidumbre. Como lo señala Lacan, siempre se vincula la certidumbre al acto. O sea, no a la contemplación, no a la deducción. No hay certidumbre si no a través del acto mismo que lleva al sujeto de la indeterminación a la certidumbre. Es el nudo mismo del sofisma del tiempo lógico. Si no se da el paso, nada se podrá concluir. (…) Sólo en el acto, que no se puede pensar sin prisa, hay la suerte de una certidumbre.
Jacques Alain Miller
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