Existe también en psicoanálisis la transferencia de pereza. Se obtiene a partir de la identificación al analista, en tanto soporte del acto analítico, es decir, en tanto que como analista no trabaja. Es el analizante quien trabaja. El analista autoriza el trabajo pero, en tanto tal, no trabaja. En esta vertiente, el triunfo del análisis ocurre cuando el analizante deja de trabajar como analizante para acceder a la pereza divina del analista por identificación. Es lo que Lacan llama la beatitud.
Jacques Alain Miller
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