Confieso que, cuando se me propuso realizar esta contribución para la preparación de la próxima Conversación Clínica, lo que atrapó mi atención hasta convertirse en un problema fue el plural que figura en el título de la misma: desencadenamientos.

¿Debía entender el uso del plural para designar el momento de la irrupción de un delirio como un modo de aludir a lo singular que este acontecimiento tiene para cada paciente psicótico? Si entendía ese plural desde este punto de vista, a lo que me remitía era a la fenomenología de la clínica de las psicosis, en especial a la diversidad posible del acontecimiento que marca la entrada de un paciente en esa “lengua privada” que es su delirio (1).

Entendido así este plural nos llevaría, por tanto, a una distinción radical entre el síntoma psicótico, fuera de sentido, y el síntoma neurótico cargado siempre por el paciente de un sentido que lo hace interpretable. Esto definiría, además, dos estrategias para el analista: la del analista intérprete del lado de la neurosis y la del secretario del alienado del lado de la psicosis.

Es decir, nos situaríamos en una clínica cuya bipartición gira en el gozne del concepto de Nombre del Padre, simbolizado en la neurosis por la metáfora paterna, y forcluido en la psicosis y, por tanto, sin representación simbólica.

Pero esta clínica binaria no tiene límites precisos como vimos en el pasado congreso de la AMP a propósito de las psicosis ordinarias. Así, por ejemplo, como señala J.-A Miller (2), cuando en una histeria no existe una identificación narcisista “suficientemente buena” (sic) con su cuerpo, las manifestaciones clínicas nos pueden llevar a la duda de si se trata de una histeria o una psicosis.

Aun podríamos detenernos en otro elemento, hay más, que hace borrosa esta distinción aparentemente nítida de esta clínica binaria: la idea de “normalidad” como sentimiento del paciente respecto de su realidad psíquica, especialmente si tenemos en cuenta que esta realidad psíquica tiene una estructura similar a la del delirio. Para entender el alcance de esta “normalidad” basta con que tomemos en serio las palabras de Lacan: “(Freud) consideró que todo es sueño y que (…) todo el mundo es loco, es decir, delirante” (3). O, por decirlo con palabras de Miller: “La vida no tiene ningún sentido, dar sentido ya es delirante” (4).

Entonces, y siguiendo esta última consideración, podríamos hablar de “descompensaciones múltiples”, distintas del desencadenamiento que sería un acontecimiento único (5).

Esto nos lleva a una nueva pregunta: ese “desorden en la juntura más íntima del sentimiento de la vida de un sujeto” del que Lacan (6) ¿es privativo de la psicosis o es común a todo ser hablante?

Esta pregunta nos permite pasar de esta clínica binaria, que giraría en torno al inconsciente entendido como repetición, a una clínica fundada en el inconsciente-interprete (7), lo que presupone la no existencia del Otro, S(A/), y, en consecuencia, la pluralización de los Nombres del Padre que hace que cualquier S1 pueda inscribirse en el lugar de la falta en el Otro (8).

Es desde este punto de vista que podemos encontrar un elemento en común entre el síntoma neurótico y el síntoma psicótico, el retorno de un Real que se manifiesta como fuera de sentido, por lo que “nuestro trabajo es captar la forma particular, insólita (del paciente) de dar sentido a las cosas” (9).

Sólo así puedo entender este plural del título que nos convocará a la próxima Conversación Clínica, como referencia al nudo borromeo en el que la articulación de R, S e I se estabiliza, o se desestabiliza, a partir del sinthome particular de cada ser hablante.

Francesc Roca


NOTAS:

(1) S. Cottet: “Acerca de la Esquizografía: La psicosis y la lengua”, en Freudiana nº 82. Barcelona, 2018. Pág.: 102.
(2) Cf. “Efecto retorno sobre la psicosis ordinaria”, en Freudiana nº 58. Barcelona, 2010. Págs.: 10-11.
(3) J. Lacan: “Lacan pour Vincennes”, en Ornicar? Nº 17/18, París, 1979. Pág.: 278.
(4) J.-A. Miller, op.cit., pág.: 15.
(5) J.-A. Miller, op. cit., pág.: 28.
(6) Cf. “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis”, en Escritos, pág.: 540.
(7) J.-A. Miller “Le temps de l’événement”, en La cause du desir nº 100. París, 2018. Págs.: 23-24.
(8) E. Solano-Suarez “Psicosis ordinarias y despertar”. en Papers hacia Barcelona 2018, nº 7, pág.: 16.
(9) J.-A. Miller “Efecto retorno sobre la psicosis ordinaria”, en Freudiana nº 58. Barcelona, 2010. Pág.: 15.