Reseña de la presentación del libro “El misterio del cuerpo hablante” de Araceli Fuentes.

El pasado viernes, 18 de enero de 2018 comenzó el ciclo de CONFERENCIAS que organiza anualmente el SEMINARIO DEL CAMPO FEREUDIANO EN MURCIA en colaboración con la BIBLIOTECA. Cómo es habitual, este ciclo se celebró en “Las Claras”, espacio cultural que nos es cedido por la Fundación Cultural del BMN.

Cómo se observa en el díptico que adjuntamos abajo, las Conferencias girarán en esta ocasión en torno al título MUJERES y contaremos como ponentes con Araceli Fuentes, Vicente Palomera y Mónica Marín.

El pasado 18 de Enero comenzó el ciclo nuestra colega de Madrid Araceli Fuentes en una cita que aprovechamos para presentar su libro “El misterio del cuerpo hablante”. El tema, sin duda fue de gran interés, ya que contamos con la presencia de un numeroso público que llenó completamente.

Tras la presentación del acto y de los componentes de la mesa que realizó Fernando González, coordinador de la Biblioteca, presentó el libro nuestra colega Maribel Sánchez tras lo cual intervino la autora.

Araceli Fuentes señalará que “El mistrerio del cuerpo hablante”, no es un libro de estilo universitario ya que surge de una experiencia singular, la psicoanalítica. Describe en este punto al psicoanálisis como una aventura moderna donde uno se adentra en lugares desconocidos. Pero para aventurarse a vivirla hay que tener un motivo, un síntoma, “algo que es más fuerte que uno, que se repite y que le molesta”. En esta aventura, el analista ayudará al analizante a desvelar algo que éste sabe sin saberlo, sin embargo, queda del lado del que se analiza si toma o no lo que va a descubrir. Es en este sentido que habla de la libertad del analizante.

Tras esta introducción, Araceli organizó su discurso en torno a tres cuestiones que se despliegan en su libro: El fenómeno psicosomático (FPS), la feminidad y el cuerpo.

Con respecto al FPS, dirá que la persona que lo sufre suele buscar ayuda médica, no psicoanalítica, no se demanda un análisis porque se produzca un FPS, ya que éste está por fuera del sentido y no llama a la interpretación, no es descifrable, al contrario que el síntoma. El síntoma, como fenómeno de cuerpo tiene que ver con alguna palabra que tocó el cuerpo fijando un goce. Estas palabras que dejaron marcas en el cuerpo pueden descubrirse en un análisis.

La autora ilustra lo que acabamos de comentar con el ejemplo vivido por ella, que aunque sufría un FPS, no fue éste el motivo que la llevó al análisis. Ahí descubrirá que acudió porque tenía un duelo pendiente. Es justamente en la primera entrevista donde pronunciará una frase fundamental, una frase que las mujeres del pueblo le dirigían desde que ella era una niña. ¡Ay si su madre la viera! Esta frase produjo en palabras de la autora, “como un golpe en mi cuerpo, un puñetazo al que no podía responder”. Esto dejó una especie de memoria sobre su cuerpo que se activa cuando se ve confrontada a otro duelo, el de la muerte de su padre. En este momento, aunque ella quiso mucho a su padre, en lugar de sentir dolor por su pérdida, no siente nada, y aparece un FPS: un lupus eritomatoso, enfermedad autoinmune que producía en su piel eritemas.

Lalengua había fijado algo de una mirada real en su piel en forma de lesión y los eritemas, fruto del lupus, eran la encarnación en lo real de esta mirada.

Las contingencias de su vida y las intervenciones por fuera del sentido de su analista producen una separación entre la mirada y la muerte. En este punto es importante hacer énfasis en la importancia de estas intervenciones fuera del sentido.

Darle sentido a lo que no lo tiene porque es real puede empeorar el FPS, éste no es tratable directamente porque está por fuera de las palabras.

Estas intervenciones desde lo real producen “un estremecimiento en su cuerpo”, según sus palabras, y una pacificación del lupus. Lo que pasa a producirse después es un síntoma, un síntoma que en su caso, tiene que ver con la voz del superyo, fundamentalmente. Así, no es que se pase de una escritura a otra, sino que al deshacerse y cesar la escritura real, lo que surge entonces es el síntoma como acontecimiento de cuerpo.

Lo que se descubre en este momento es que no todo tenía que ver con la mirada, sino que estaba también la voz. Aquella frase ¡Ay, si su madre la viera! también fue dicha, y lo dicho toca el cuerpo, pero no el sentido de lo dicho sino del sonido, la manera de hablar, el tono…etc. Y en psicoanálisis se trata justamente de vaciar a las palabras de este ruido.

La feminidad forma parte también del trabajo en análisis: La posición histérica se define por una lógica: la lógica del todo y la excepción. Esta es la lógica masculina donde para que haya un todo, ha de haber algo que quede fuera. Es una lógica donde se funciona con el todo, y la autora estaba en esta lógica también en su relación con las mujeres ”no le gustaba formar parte de grupos de mujeres situándose siempre fuera y constituyendo así un todo”.

Pero ella, gracias al análisis, puede ver que la lógica del todo es falsa y que “no hay la mujer”. Hay las mujeres, plurales, diferentes… Esta no es la lógica del todo sino la de la serie. Cada mujer no es una, sino que es “no toda”, lo que quiere decir que no todo su goce está articulado al lenguaje. Es un goce que apunta al infinito, esto lo podemos observar en el estrago por ejemplo, donde una mujer puede perderse no poniendo límite a las concesiones que puede hacer a un hombre.

En relación a la tercera cuestión, la del cuerpo, Araceli Fuentes incide en la importante cuestión clínica como es la diferencia entre cuerpo y organismo. Y es importante saber si un sujeto tiene o no un cuerpo cuando lo recibimos en la consulta, porque en caso de no haber hay que hacer un trabajo de construcción.

Para que haya un cuerpo, el lenguaje tiene que haber operado de una manera determinada. El cuerpo comienza a construirse en el estadio del espejo, entre los 6 y los 18 meses, momento en que el niño puede identificarse con su imagen en el espejo. Pero esto no es algo que se produzca automáticamente sino que será completamente necesario que el adulto libidinize la imagen del niño. Esta operación donde el niño pasa a tener una imagen de totalidad de su cuerpo es el fundamento de su yo y si esto se produce podrá decir “soy yo”.

Otra forma en la que opera el lenguaje es produciendo una pérdida de vitalidad, de goce, fruto de alienarse a la lengua. Con la palabra y la demanda se introduce también el equívoco, y cuando uno pide, siempre va más allá de lo que necesita, se sitúa allí la demanda de amor. Sin embargo, el amor no es la generosidad, no es lo que se da porque se tiene, lo que entraría dentro de la lógica masculina, es más bien dar lo que a uno le falta, lo que no tiene.

El acto permitió el debate y las preguntas en la sala, creándose una posibilidad de intercambio entre público y la autora que fue muy enriquecedor.

Maribel Sánchez

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