La urgencia “preside”[1] el psicoanálisis, dice Lacan. Encontramos muy a menudo en efecto, un sentimiento de urgencia en los comienzos de análisis. Cuando las personas consultan un analista por primera vez, frecuentemente hacen referencia a ello. Les “urge” consultar. ¿Con qué tiene que ver ese sentimiento de urgencia?

En las primeras líneas del Seminario XV «el Acto» Lacan señala la dimensión del acto que comporta un psicoanálisis y refiriéndose a la entrada en análisis no duda en situarla más claramente aún del lado del acto en el sentido propio de un atravesamiento: «encontramos el acto a la entrada de un análisis. De todas formas es algo que merece el nombre de acto el decidirse, con todo lo que esto comporta, a hacer lo que llamamos un psicoanálisis»[2].

Lo que comportará el análisis tiene que ver con un saber que se espera de él y que le es supuesto o bien al analista o bien al psicoanálisis. En este sentido la transferencia la encontramos en toda demanda de análisis, estando siempre presente desde su comienzo y siendo precisamente el motor inductor de la «puesta en acto del inconsciente»[3].

Lacan concede a la urgencia un sentido que desborda la urgencia transferencial del inicio de la cura implicándola a lo largo de todo el recorrido de un análisis, “presidiendo” el análisis. El dará un valor nuevo a esta urgencia otorgándole “el valor de disipar el espejismo de la transferencia» [4]. La urgencia reclama satisfacción dice Lacan, pero satisfacción urgente de la verdad ya que la verdad es la que nos hace correr: “la verdad, corremos detrás de ella”[5].

 

Marga Auré


[1] Lacan J., « Préface à l’édition anglaise… », Autres écrits., p. 572.

[2] Lacan J., Seminario XV, El Acto, lección del 15 de noviembre de 1967, inédito.

[3] Ibid,.

[4] Miller J.A., La passe du parlêtre, Revue de la Cause freudienne, n°74, avril 2010, p. 119.

[5] Lacan , J., « Préface à l’édition anglaise… », Autres écrits, op. cit., p. 571. «  la vérité…qu’on coure après ».