Lo que el análisis ha revelado como verdad es que el amor — el amor del que acabo de hablar— se dirige al sujeto-supuesto-saber. (Lacan, J., El Seminario, libro 21: Los incautos no yerran (Los nombres del padre), Clase 15 del 11 de junio de 1974. Inédito.
Selección: José Antonio Rodríguez
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