La paradoja lacaniana expresa la esencia misma del freudismo en su salubridad. La manera de obrar del inconsciente les prohíbe, en efecto, invocar su buena fe, su buena intención, su alma bella. “No quise esto” no vale la absolución. Sí, lo que hiciste, o que resulta de lo que hiciste, lo quisiste, porque lo que quisiste no lo sabes. Te lo enseñan las consecuencias. El hombre está condenado a no saber más que a posteriori lo que quiso. (Miller, J. A., (2001), La ternura de los terroristas. En La ternura de los terroristas y otras Cartas escritas por Jacques-Alain Miller para la opinión ilustrada. Escuela Lacaniana de Psicoanálisis del Campo Freudiano. Barcelona, 2001, pág. 16.

Selección: Jesús Sebastián