En la histeria, el significante de la transferencia es la pregunta. A través de la pregunta el sujeto se hace representar ante el saber constituido. Presentarse con el significante de la pregunta es la manera en que el sujeto se dirige hacia el saber. El significante de la pregunta es un significante que dice que falta uno, que falta un significante, pero, para decirlo, la pregunta misma ya es un significante. Así podemos entender qué significa la expresión utilizada por Lacan una sola vez, que el significante de la transferencia en la histeria es la pregunta.
Miller.J.J.,(1984), “Los preguntones”, Introducción a la Clínica Lacaniana. Conferencias en España, RBA, Barcelona;2006, pág.66.
Selección: Jesús Sebastián
Comentario:
El significante de la transferencia en la histeria es la pregunta. Es con una pregunta, desde una falsa humildad, que la histérica se dirige a un analista buscando, vía el significante de la pregunta o vía su mutismo enigmático, hacerse representar en el saber constituido.
Que el significante de la transferencia sea la pregunta puede engañar, ya que puede hacer creer que el sujeto supone en el analista el saber sobre la respuesta… pero no. Miller plantea en este texto como la histérica, desde un lugar de amo, busca hacer trabajar al otro para ser ella misma el Sujeto Supuesto Saber de la validez de la respuesta[1].
Su pregunta apela a la respuesta que no hay, por lo que, cualquier intento del otro por responder a su pregunta le valdrá para señalar la falta en el Otro a la vez que constatará que no tiene lugar en el Otro del saber. Con su pregunta busca hacerse representar ante el saber constituido, pero lo que su pregunta dibuja es el vacío en él, ya que, como nos dice Miller: el significante de la pregunta es un significante que dice que falta uno…[2]
No hay el significante que atrape al deseo y su causa, como no hay el significante que nombre a La Mujer. El rechazo al “no hay” es lo que la histérica muestra con su pregunta buscando, una y otra vez, atrapar la definición que espera recibir del otro – y de la otra -, encontrándose cada vez, con que “no es eso”.
Entonces: la pregunta es el significante de la transferencia en la histeria, mediante ella el sujeto busca hacer trabajar al analista al demandarle una respuesta que ella, cual jueza, daría o no por válida. Ante esto, el analista puede preguntarse acerca de cómo orientar ahí su maniobra, y Miller en este texto plantea algunas cuestiones que me parecen fundamentales a rescatar y a tener en cuenta: Nos dice que no se trata de que el analista se esconda tras el “No hay que responder a la demanda”[3], como si de un mantra se tratara, ya que si bien la pregunta histérica apunta al significante que no hay, también es un: “¿Quiere usted echarme fuera?”[4] , y si bien el sujeto histérico apunta a señalar la falta en el Otro, le hace falta hacerse un lugar en él. En esta línea, Miller señala la importancia de que el analista le asegure al sujeto que hay esa falta en el Otro para que no consuma toda su fuerza en hacérsela.
Lacan nos enseñó que el sujeto se reconoce en el Otro de la palabra y en él se hace reconocer[5], y esto se vehiculiza también en la pregunta histérica en tanto significante de la transferencia. Se trata de una cuestión fundamental, ya que en ella el sujeto pone en juego la cuestión de su lugar – o no – en el Otro, razón por la cual, nos dice Miller, Lacan recomienda un “vaciamiento” de la neutralidad analítica, para asegurarle al histérico un lugar en el Otro[6].
Conviene tener siempre presente que “un lugar” es una condición para que un comienzo sea posible.
Celeste Stecco
[1] Miller, J. A., Introducción a la clínica lacaniana. Conferencias en España, Gredos, Barcelona, 2017, p. 66
[2] íbid
[3] íbid, p. 68
[4] íbid
[5] Lacan, J., Seminario 3. Las Psicosis, Paidos, Buenos Aires, 200, p. 239
[6] Miller, J. A., Introducción a la clínica lacaniana. Conferencias en España, Gredos, Barcelona, 2017, p. 69
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