Desencadenamientos en plural es una interpretación de lectura que nos remite a una pluralización del término “desencadenamiento”, que Lacan introduce a propósito de la clínica clásica de la psicosis en “De una cuestión preliminar” (…) (1): “Para que la psicosis se desencadene, es necesario que el Nombre del Padre, Verworfen, forcluido, es decir sin haber llegado nunca al lugar del Otro, sea llamado allí en oposición simbólica al sujeto” (2).

El término evoca cómo la falta del NP en la cadena significante abre el agujero en el significado que inicia la cascada de retoques del significante de donde procede el desastre creciente de lo imaginario.

El desencadenamiento de Schereber, da cuenta de esa desconexión del Otro y Lacan recomienda: “Búsquese en el comienzo de la psicosis esta coyuntura dramática. […] Se la encontrará siempre y más fácilmente si se guía uno por las “situaciones” en el sentido novelesco de este término.” (3)

Con motivo del último Congreso de la AMP, “Las psicosis ordinarias y las otras bajo transferencia” (2018), la actualización del término “desencadenamiento” en singular, implicó tener en cuenta el progreso de la doctrina sobre la psicosis en Lacan, dilucidada por J.-A. Miller y hacer uso del significante “neo-desencadenamiento”. Con este término, se daba cuenta de una clínica más contemporánea de la psicosis, en el intento de añadirse a las premisas de la forclusión del NP y a la regresión tópica del estadio del espejo de la clínica clásica, que solo promovían la metáfora delirante, también la metonimia delirante. (4)

Es después de diez años del programa de trabajo sobre las psicosis en las Secciones Clínicas de Francia (1998) que J.-A. Miller propone el término de “psicosis ordinaria” que abre las vías del cambio de paradigma de la clínica estructural de Lacan a la clínica borromea. (5) El sintagma de psicosis ordinaria fue un modo de esquivar la rigidez de una clínica estructural binaria: o bien psicosis o bien neurosis. Para dar cuenta de la clínica de las psicosis no desencadenadas y de establecer el diagnóstico diferencial con las neurosis. Porque en las psicosis ordinarias también hay un momento de desencadenamiento, aunque este no se presente bajo las formas de esa “coyuntural dramática” que Lacan evoca en la “Cuestión preliminar” (…), sino de forma más discreta.

Pero es sin dudas con “Joyce, el sinthome” (1976) (6), una psicosis no desencadenada, que abre una nueva perspectiva clínica, que permite repensar el término desencadenamiento y pluralizarlo para hacerlo extensivo a las psicosis ordinarias y a las neurosis.

De ese horizonte de Joyce-le-sinthome, a la vez un nombre propio Joyce, y un nombre común, sinthome, Lacan generaliza la lección que da el sujeto psicótico que ordena y se hace cargo de la sustancia gozante. (7)

Cada vez que se produce un desencadenamiento, se verifica la introducción abrupta del sujeto del sujeto a un goce nuevo.

Lucia D’Angelo


NOTAS:

(1) Lacan J., “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis”, Escritos II, Madrid, Siglo XXI editores, 1975.
(2) Lacan J., “De una cuestión prelimilar” (…), op. Cit. , p. 558.
(3) Op. Cit. P. 559.
(4) Rabanel, J.R., “Desencadenamiento y neo desencadenamiento” en Las psicosis ordinarias y las otras bajo transferencia (2018), Grama ediciones, Buenos Aires, 2017, p. 115.
(5) Miller, J.-A., “Efecto de retorno de las psicosis ordinarias” (1998) en Revista Freudiana nº 58, Comunidad de Catalunya de la ELP, Barcelona, p. 12.
(6) Lacan, J., “ El sinthome” (1975 – 1976), El Seminario, T. XXIII, Paidós, Buenos Aires, 2006.
(7) Laurent, E., “La psicosis o la creencia radical en el síntoma” en Revista Freudiana nº 82, Comunidad de Catalunya de la ELP, 2018, p. 31.