Sobre el curso impartido en el Seminario del Campo Freudiano en Alicante: “El alemán de Freud. De la letra a la palabra, de la palabra al concepto”. 

“Es evidente que una traducción por buena que sea, nunca puede significar nada para el original”. Partiendo de un cuestionamiento en torno a la veracidad de esta cita de Walter Benjamin comienzan las clases a cargo de Donato Bencivenga, quien como filólogo, psicoanalista y traductor del alemán, italiano y francés, nos adentra en un abordaje novedoso de esta temática tan importante en el campo del psicoanálisis tal como lo trabajamos los hispanohablantes.

El Freud que conocemos hoy, es lo que él mismo escribió, más aquello que los traductores han hecho con sus textos. Por lo que la transmisión del psicoanálisis está atravesada por la escritura de Freud con los efectos retroactivos de sus traducciones a las lenguas europeas.

Parece que traducir a Freud resulta una “misión sin límite”, puesto que existen ciertas particularidades de la lengua alemana que es necesario tener en cuenta si es que deseamos aproximarnos a aquello que se pierde en las traducciones respecto a la obra original.

Acercarse al alemán de Freud es dejarse fascinar por el poder figurativo del idioma. La facilidad combinatoria de sus palabras la vuelve una lengua compacta, condensada, con palabras portadoras de significado máximo. Una lengua gráfica, de sensaciones corporales y plasticidad visual. Éstas entre otras muchas cualidades del alemán hacen que se requiera una gran construcción para comprender, para captar las sutilezas del texto freudiano en su idioma original sin perder la riqueza de su escritura llena de ambivalencias y rupturas.

Hacia el final de la entrevista Donato nos permite vislumbrar un paralelismo que resulta sorprendente, entre el alemán y el psicoanálisis, en relación a un concepto clave utilizado por Freud que resulta elemental en la comprensión de los procesos psíquicos. El Nachträglichkeit o après coup en la traducción que Lacan hace del término, ubicándolo en un lugar central en su retorno a Freud. La retroactividad como algo que está presente tanto para el psicoanálisis en un sentido histórico, en este movimiento de ir hacia atrás en busca del origen del trauma, como así también en la naturaleza de la lengua alemana. El alemán es el après coup por excelencia. Según nos cuenta Donato el sentido llega en un movimiento hacia atrás, puesto que hay que esperar al verbo que se encuentra al final de estas palabras compuestas o combinadas que caracterizan al funcionamiento del idioma.

Así es que además de introducirnos de lleno en el conocimiento de estas características de la lengua alemana, el trabajo en el curso nos ha permitido entender la necesariedad con que el psicoanálisis nace de esta lengua, quedando ubicada como lengua princeps. Freud desarrolló un vocabulario sui generis, especializado, nuevo e independiente que representó un requisito previo para sus teorías.

En palabras de Donato, Freud es un punto de referencia ineludible al que siempre hay que regresar , no es otra cosa que un efecto retroactivo de las traducciones más o menos afortunadas que ha recibido.  Lacan se ha volcado con pasión sobre los textos de Freud en alemán, haciendo aparecer nuevas facetas y descubriendo riquezas ocultas. Subrayando conceptos que pasaron desapercibidos y hasta creando nuevos términos en francés, llegando a violentar la lengua de destino para hacerla admitir ciertos usos contrarios a sus convenciones, dando como resultado la obra de Lacan y sus epígonos.

Es en este sentido que Donato nos invita a discrepar con Benjamin respecto de la cita inicial, subrayando que no sólo las traducciones sí pueden significar algo para el original, sino que son absolutamente necesarias para su continua renovación y transmisión. Toda lectura, toda traducción, es una intervención sobre el original y lo compromete en su materialidad enteramente. El verdadero autor de lo novedoso, se revela justamente en la fecundidad de las lecturas profundas y transformadoras del texto original. Es éste el lugar reservado a la noción de Nachträglichkeit tomado por Lacan, quien supo leer a Freud y lo hizo a la letra, supo leerlo en el après coup.

Aldana Curi, participante en el SCF de Alicante

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