Tesauro de El Atolondradicho
Jacques Lacan, Otros Escritos
SEMINARIO DE INVESTIGACIÓN DEL ICF- VALENCIA 2021/2023
Docente invitado: VICENTE PALOMERA
Elaborado por: Luz Camozzi, Concha Lechón, Mirna Pol y Graciela Reolón
INTRODUCCIÓN
El término Tesauro deriva de la palabra latina thesaurus, que significa “tesoro, depósito de riqueza y libro mágico”, y del griego thēsaurós, que significa “colección”(1).
Desde lo normativo y en la actualidad un Tesauro es “un vocabulario controlado y dinámico, compuesto por términos que tienen entre ellos relaciones semánticas y genéricas y que se aplica a un dominio particular del conocimiento”(2) (Norma ISO 2788-1986).
Sin embargo, en sus inicios, en 1852 Peter Mark Roget clasifica su Tesauro como un sistema de clasificación verbal, con un objetivo sugerente “que podría ayudar a suplir mis propias deficiencias”(3), así se presenta el que fue el primero de los tesauros en lengua inglesa: el Roget’s Thesaurus. Tesoro de palabras al que recurre Jacques Lacan para traer, a su Seminario de la carta robada, el neologismo “nullibiety” y servirse de él para elaborar el concepto entre ausencia o nulidad de una carta robada que no se encuentra, significante fálico destinado a faltar, para finalmente ser el objeto-letra.
Si Lacan puede recurrir al neologismo nulibiedad, del obispo Jhon Wilkins, es gracias al Thesaurus de Roget, así como hizo con el término conjugado “nulibiquidad”(4), que vuelve a tomar en El Atolondradicho, para referirse al papel de semblante de los discursos como simuladores de esa ausencia o nulidad del decir, de lo real.
Así, bajo la sugerencia del docente Vicente Palomera, se elabora un Tesauro sobre el texto L’etourdit-El Atolondradicho(1972), el conocido aperiódico de Jacques Lacan, donde hace una revisión de su teoría hasta ese momento y marca la senda por donde continuará: lo real. Escrito que se ha trabajado en el curso 2021/2023 en el Instituto del Campo Freudiano de la Comunidad Valenciana (ICF-CV). El objetivo primordial es el de proporcionar un recurso, para explorar los conceptos y algunos temas fundamentales abordados por Jacques Lacan en este escrito, facilitando así la comprensión y el análisis de su contenido a futuros lectores.
Este Tesauro intenta ser una herramienta que ofrece una estructura organizada de una serie de términos clave, está diseñado para explorar algunas dimensiones de aquellos conceptos tomados en El Seminario 19,”…o peor”, que el autor pone a punto y prosigue en El Atolondradicho, texto de formalización y matemas.
Jacques Lacan traerá, en este escrito, una serie de lógicas que se trataron de abarcar en los ejes temáticos: la lógica de la sexuación, la del dicho y el decir, la topología, la de una interpretación novedosa y un final de análisis posible.
En primera instancia se hizo una selección que abarca una serie de descriptores relevantes, dentro de estas lógicas, que se pasarán a describir sintéticamente, por orden alfabético:
- Del lado femenino
- El dicho y el decir
- Escritura
- Fin de análisis
- Interpretación
- Lalengua
- Topología lacaniana
- Transmisión de AE’s
Asimismo se realizó otra búsqueda, extrayendo citas de la vasta Bibliografía que acompañó a la lectura de El Atolondradicho, a modo de catálogo, cada una de las citas lleva su referencia bibliográfica específica para su inmediata ubicación.
Respecto a la Topología dirá “Mi topología…No es teoría.”(5) «…no está “concebida para orientarnos” en la estructura. Ella es la estructura»(6). Al decir de Lacan es su “…recreación…”(7) topológica, la utiliza para dar cuenta de aquellos cortes del discurso que modifican la estructura. Hace el recorrido por una sucesión de superficies con sus respectivas operaciones topológicas, apuntando a ubicar ese decir como lo más próximo a lo real. Si la topología es la estructura, Lacan continúa afirmando que la “estructura es lo real que sale a relucir en el lenguaje.”(8)
En cuanto al Lado femenino, El Atolondradicho es uno de sus escritos donde las cuatro fórmulas cuantificadas aparecen bajo el sintagma “dos fórmulas”(9) de la sexuación. La diferencia entre los sexos se aborda a partir de la relación al falo del hombre y la mujer, escribiendo así la relación que el sujeto tiene respecto al goce fálico. Destacando del lado femenino el lugar de la excepción: “No todo x se inscribe en la función fálica”(10). “…un sujeto que va a decir no a la función fálica.”
Expresiones como estrago materno, empuje a la mujer, son mencionados en este escrito del lado femenino.
Sobre El dicho y el decir, en el campo de la palabra Lacan distingue entre hablar y decir, el hablar como incluso aquello que habla, “…eso habla”(11). Distinguiendo las palabras que son dichos, que se encuentran en lo que se escucha y aquellas palabras que tendrán carácter de decir si fundan un hecho, ex-sistiendo. Marcando a su vez la relación que esos “decires” tienen con la constitución del fantasma, resaltando su efecto de ese decir. Sitúa la relación del decir al dicho en un matema motivado por “…la imposibilidad de decir lo verdadero de lo real…”(12)
La interpretación da un giro, afirmando Lacan “…la interpretación es sentido y va contra la significación”(13), apunta ya no a un efecto de significación sino a un efecto adicional, lo imposible a través de los equívocos. En este escrito la interpretación será un corte cuyo efecto provoca modificaciones de la estructura, refiriéndose a la topología misma. Haciendo del corte a doble vuelta el verdadero corte de la interpretación para tocar a lo real de la estructura , revelando el au-sentido, a partir del equívoco. “El dicho se convierte en corte, pero el decir sólo resuena en el intervalo, de un no-espacio entre sujeto y objeto. No se atrapa por el sentido…sino por el au-sentido, que únicamente se escucha en el equívoco.”(14)
La escritura, a través de una suerte de condensaciones de escritura Lacan intenta dar cuenta de lo imposible de la relación del dicho y el decir, haciendo uso de juegos homofónicos, ortográficos y de lógica, valiéndose del equívoco.
En El Atolondradicho se aprecia el énfasis que pone en la imposibilidad de escribir de una relación: entre el decir y el dicho, entre el hombre y la mujer. Concluyendo “…no hay relación sexual”(15), axioma que trabajará desde un no hay dos a un hay del Uno, dando cuenta de ese real imposible de escribir.
Lalengua, Lacan enlaza en este escrito la cuestión de lalengua con la interpretación, el goce y el decir. Resumiendo que no sería más que “…la integral de los equívocos que de su historia persisten en ella”(16), sedimento de real.
En referencia a El final de análisis, plantea la distinción entre término y el final de análisis. “El analizante sólo termina al hacer del objeto (a) el representante de la representación de su analista.”(17) Destitución del analista, de suposición de saber. Pasando por el duelo del objeto que este fue, acompañado por un afecto maníaco-depresivo, mientras el analista continuará hasta el final causando su deseo. “Luego, el duelo se consuma.”(18) Pasaje a un saber de lo imposible.
Finalmente se incluyen en Transmisiones de Analistas de la Escuela , dos testimonios de El pase, para dar cuenta de la interpretación del lado del analista y del lado del analizante, como son los de Santiago Catellanos y el de Bernard Seynhaeve, respectivamente.
Este Tesauro pretende ser un punto de partida y una contribución para futuros estudios e investigaciones sobre El Atolondradicho, permitiendo a otros colegas continuar su trabajo utilizando esta herramienta. Herramienta a la que Lacan acudió en algún momento de su enseñanza.
DEL LADO FEMENINO
“Me has satisfecho thombrecito. Has comprendido, era lo que hacía falta. Anda, atolondradicho no sobra, para que te vuelva uno después del medio dicho. Gracias a la mano que te responderá con que Antígona la llames, la misma que puede desgarrarte porque esfinjo esfinge [sphynge] mi notoda, sabrás incluso, atardeciendo, equipárate a Tiresias y como él, por haber hecho de Otro, adivinar lo que te dije. (Otros Escritos, p. 492)
MARIO GOLDEMBERG, Estragos femeninos, Consecuencias #19, Buenos Aires, julio 2017, disponible en: http://www.revconsecuencias.com.ar/ediciones/019/template.php?file=arts/Derivaciones/Estragos-Femeninos.html
«Respecto de la oposición síntoma–estrago, Miller en su artículo, “Una distribución sexual” ubica el síntoma del lado hombre y el estrago del lado femenino. En este sentido, hay una cuestión de solidaridad entre síntoma–estrago y síntoma–Superyó. A este respecto las referencias son: El Seminario 17, “el deseo de la madre siempre hace estragos”, también en “El atolondradicho” cuando dice –hablando de la mujer y su relación al complejo de Edipo– “a ese caso la elucubración freudiana del complejo de Edipo en que la mujer es pez en el agua por ser la castración en ella inicial, contrasta dolorosamente con el estrago que en la mujer, en su mayoría, es la relación con la madre, de la cual parece esperar en tanto mujer, más subsistencia que del padre”. Aquí está haciendo una oposición entre la mujer como pez en el agua en relación a la castración, y el contraste estragante de la relación con la madre, en los casos donde se trata de esperar más subsistencia del ser que del padre.» (OE, p. 489)
“Es necesario esperar hasta Encore o L´Etourdit para poder pensar la cuestión del goce femenino de otra manera.”
«Lo que resulta interesante de “El atolondradicho” es lo siguiente: “la mujer que es la única cuyo goce sobrepasa al coito y por eso mismo demanda ser la única para la otra parte”. (OE, p.490/491)
GONZÁLEZ MOLINIER Sobre el empuje a-La-mujer en la psicosis y su relación con la pulsión”, Rev NODVS LI, març de 2018, disponible en: https://www.scb-icf.net/nodus/contingut/article.php?art=633&rev=70&pub=1
«El concepto de empuje a-La-mujer aparece en Lacan llevando más allá la idea freudiana de psicosis como defensa frente a la pulsión homosexual. Apunta a que la irrupción de Un-padre, allá donde el Nombre-del-Padre quedó forcluido, produce un “forzamiento en el campo del Otro”». (OE, pág.490)
“Para entender la formulación de Lacan, hay que ver el paso que va desde De una cuestión preliminar…, en que explica la psicosis en clave de la lógica fálica (ser o tener el falo, o más bien ni ser ni tener el falo) y la forclusión del nombre del Padre, a El atolondradicho, donde formula por primera vez el empuje a-La-mujer y lo define, como hemos dicho, como un forzamiento en el campo del Otro. Esto guarda relación con la sexuación como elección de goce, no sólo como elección significante” (OE, p.490)
«Por tanto, ese empuje a-La mujer queda ligado de alguna forma a la pulsión, por la vía del falo. Al estar forcluído el Nombre-del-Padre, el psicótico no se puede inscribir respecto al falo como castrado. El goce no pasa por el falo, y entonces será el goce desregulado. Este goce desregulado es el que será llamado empuje a-La-mujer, ya que Lacan nos dice “todo sujeto en cuanto tal, ya que es eso lo que está en juego en este discurso, se inscribe en la función fálica para obviar la ausencia de relación sexual”» (*pág.482)
«La diferencia entre los conceptos abordados en De una cuestión preliminar… y los retomados en El Atolondradicho, donde introduce este empuje a-La-mujer, es que este ya no aparece como la solución a la psicosis, sino también como el problema; un problema del Ser, que concierne a lo imposible de la existencia del psicótico de inscribirse como hombre. En esta imposibilidad, el sujeto psicótico se encuentra con algo que empuja con la fuerza constante de la pulsión, un real sin ley que deja al cuerpo a merced del desorden de las pulsiones parciales fuera de la ley del significante. Como dirá Lacan “Por eso incluso es reducido a encontrar que su cuerpo no deja de tener otros órganos, y que la función de cada uno se le vuelve problema; con lo que el dicho esquizofrénico se especifica por quedar atrapado sin el auxilio de ningún discurso establecido”» (OE, p. 498)
ERIC LAURENT, Posiciones femeninas del ser, Buenos Aires, Tres Haches, 1999, pág. 85-124
¿Cómo se formula el llamado propiamente femenino? Lacan da dos versiones. Una en el texto de 1958, Ideas directivas para un congreso sobre sexualidad y otra versión en 1973 en L´ Étourdit” (p.88)
“También está: “sé el amigo de las mujeres, compréndeme como mujer, hazte mujer tú mismo, cástrate”, que es: “conviértete en Tiresias”. Conocen la leyenda de Tiresias, el adivino que fue transformado en mujer durante siete años por haber separado a dos serpientes que copulaban en su camino y, siendo mujer, al pasar nuevamente, las vuelve a separar y allí lo transforman de nuevo en hombre. Por lo tanto, había aprehendido los dos lados de la barrera sexual. Y el “hazte Tiresias”, el “cástrate es una forma, un llamado enunciado especialmente por el superyó femenino: lo veremos en la figura del amante castrado, Tiresias, que Lacan retoma en L´ Étourdit, para señalar el llamado del superyó femenino que llama surmoitié – condensación de surmoi (superyo) y de moitié (mitad)-.” (p.95-96)
“Estábamos en esa presentación de la posición femenina y la manera que Lacan tiene de reformular, en el texto L´ Étourdit, de 1973, el mismo punto, partiendo de otra cosa (…) a partir del nuevo cuantificador: no-todo”. (p. 97)
“Aquello que enuncia esta prosopopeya: “me has satisfecho thombrecito”, lo que está entre comillas; es una voz y el que habla es la Esfinge, una Esfinge. No es “el” Esfinge egipcio, sino la Esfinge griega que está representada con atributos femeninos (…) son voces de mujeres que se elevan; y hay otro nombre propio, que es Tiresias, pero éste no está en el lugar del hombre; está allí convocado, dice, por “haber hecho de Otro”. (p. 98)
“Es un enigma que no está en la obra misma de Sófocles, uno lo busca en vano, está en el mito, allí quedó. Lo trágico hizo a un lado esta parte, no la incluyó en las referencias de la obra”. (…) “Lacan presenta de esa manera divertida aquello sobre lo cual, camina realmente el sujeto: los pies simbólicos sobre los que camina el sujeto; está entonces primero el cuadrípodo de la verdad, del semblante, del gozar y de un plus-de-gozar” con un guión”. (p. 99-100)
“Tenemos un x que descansa totalmente sobre el uso, nuevo en L´ Étourdit de la categoría del semblante; es una promoción muy particular de los años 70: poner en primer plano decididamente, a la categoría del semblante, que hasta entonces no había ocupado ese espacio en los desarrollos teóricos de Lacan” (p. 100)
“El plus-de-gozar no significa que no se goce más, sino que, una vez que el goce es extraído, queda un plus-de-gozar, al igual que cuando el amo extrae el valor”. (p. 101)
“Aquí está el cuadrípodo: el cuadrípodo es a grosso modo,el cuadrípodo del discurso, en tanto es tratamiento del goce por lo simbólico, con los lugares fundamentales, verdad, semblante y gozar.
Luego está el bípodo, dice: “el bípodo cuyo intervalo muestra el ausentido de la relación”. Allí, el bípodo son los dos lados de la relación sexual, lado hombre y lado mujer, su distancia- juego de palabras con el cuadrípodo evocado: l´écart (la separación, la distancia, es homófono de les quarts, los cuatro) cuatro, por lo tanto solo se puede mostrar a estos dos lados de la sexuación como dos polos, expresión que utiliza a menudo; aquí “bípodo” le va permitir conservar la simetría del enigma edípico, los dos pies.” (p. 102)
“El falo guía hacia el lecho: gnomon, es lo que sirve de índice, es el verdadero índice: “por haber perdido su rumbo”, supone, para que el hombre sea guido hacia su verdadero lecho, significa, por ejemplo, que haya perdido el camino de la autosatisfacción” (p. 103)
“Es con el retorno que se ve llegar lo verdadero; el verdadero lecho es aquel que lleva la marca del valor de verdad. Hora de la verdad del deseo, y también valor distinto del goce mismo, la verdad” (p. 103)
“¿Qué es allí l´étourdit? Es toda la movilización de las cadenas del lenguaje, del Otro; son las vueltas de lo dicho, las vueltas, métafora que Lacan tomó a menudo como toro, cuando tenemos esos largos enrollamientos en torno al vacío que encierra el lenguaje. Lo que no logra decir está representado por los agujeros de la demanda y rodea el agujero del deseo”. (p. 104)
“Que la voz del superyó femenino, los dichos que la representan se originan en su propio goce, en su Otro goce que le pertenece”. (p. 105)
“El superyó empuja al crimen y allí está la voz de la surmoitié”. (p. 106)
VICENTE PALOMERA, El efecto del empuje a la mujer. Freudiana nº 92, Barcelona, 2021, p. 71
La expresión “empuje-a-la-mujer” se encuentra en un párrafo de El Atondradicho donde se interroga lógicamente la relación de los cuantores con la psicosis. Lacan escribe: “Podría aquí, al desarrollar la inscripción que hice, mediante una función hiperbólica, de la psicosis de Schreber, demostrar en ella lo que tiene de sardónico el efecto del empuje- a- la mujer que se especifica con el primer cuantor: habiendo precisado bien que es por la irrupción de Un padre como sin razón, se precipita aquí el efecto experimentado como forza- miento […]”. (OE, p. 490)
EL DICHO Y EL DECIR
“Es así como lo dicho no anda sin decir. Pero si lo dicho se postula siempre como verdad, así sea sin pasar nunca de un mediodicho (tal me expreso yo), el decir sólo se acopla allí por ex-sistirle, o sea, por no ser de la dimensión, de la dichomansión (dit-mention)6 de la verdad.”. (OE, pag 476)
JACQUES LACAN, La pequeña diferencia, El Seminario, Libro 19: …o peor, Buenos Aires, Paidós, 2021, pág.12
“No obstante, el verbo es precisamente en lógica el único término a partir del cual ustedes no podrían crear un sitio vacío. En efecto, cuando intentan convertir una proposición en función, el verbo es lo que constituye la función, y pueden convertir en argumento lo que lo rodea. Entonces al vaciar ese verbo hago de él argumento, es decir, cierta sustancia. No es decir, es un decir”
JACQUES LACAN, Topología de la palabra, El Seminario, Libro 19: …o peor, Buenos Aires, Paidós, 2021, p.67
“Preguntarse qué es la palabra sería una cuestión superflua. No solamente yo hablo, ustedes hablan, y hasta eso habla, como lo dije, eso funciona por sí solo, es un hecho, e incluso diría que es el origen de todos los hechos, ya que algo no adquiere el rango de hecho más que cuándo es dicho.
Noten que no dije cuando es hablado: hay cierta diferencia entre hablar y decir. Una palabra que funda el hecho es un decir, pero la palabra funciona aun cuando no funde hecho alguno. Cuando da órdenes, cuando ruega, cuando injuria, cuando expresa un anhelo, no funda hecho alguno.”
JACQUES LACAN, Los cuerpos atrapados por el discurso, El Seminario, Libro 19: …o peor, Buenos Aires, Paidós, 2021, pp. 217-231
“Que se diga, como hecho, queda olvidado tras lo dicho, /en lo que se escucha. Este enunciado es asertivo por su forma, pertenece a lo modal por la existencia que expresa.” (Pág.217) (OE, P. 473)
“Todo lo dicho es semblante. Todo lo dicho es verdadero. Encima, todo lo dicho hace gozar. Y, según lo reescribí hoy en el pizarrón, que se diga, como hecho, queda olvidado tras lo dicho.
Lo dicho no está en ninguna otra parte que en lo que se escucha. Eso es la palabra. El decir es otra cosa, es otro plano, es el discurso. Está formado por relaciones, que los mantienen a todos ustedes juntos, con personas que no son forzosamente las que están aquí. Eso es lo que denominamos relación, religio, lazo social.” (pág.225) (OE, P. 475)
“Y para que algo allí se diga hace falta algo distinto de lo que ustedes se imaginan bajo el nombre de realidad -ya que la realidad se deriva precisamente del decir.” (p.225)
“El decir tiene sus efectos, a partir de los cuales se constituyen lo que denominamos fantasma” (p.226)
“El objeto que está en juego no es otra cosa que lo que aquí interrogué a partir de mis dos fórmulas inscritas en el pizarrón. No es otra cosa que el hecho del decir como olvidado. He aquí cuál es el objeto de lo que para cada uno es la pregunta ¿Dónde estoy en el decir? Precisamente en eso se manifiesta la neurosis.” (p.229)
“Desde allí, por supuesto, interpretamos. Pero ¿quién puede hacerlo si no es aquel que se compromete en el decir, y que, del hermano que desde luego somos, nos dará la exaltación?” (p.230)
JACQUES LACAN, Los cuerpos atrapados por el discurso, El Seminario, Libro 19: …o peor, Buenos Aires, Paidós, pp.19/23
“¿Pero ¿qué es la forclusión? Seguramente ella debe ubicarse en un registro diferente del de la discordancia. Debe ubicarse en el punto donde hemos escrito el término llamado función. Aquí se formula la importancia del decir. No hay forclusión si no es del decir, si no es de que algo que existe pueda ser dicho o no -con la existencia ya promovida a algo cuyo estatuto seguramente debemos dar. Y a partir de que algo no pueda ser dicho, sólo se podría desembocar en una interrogación sobre lo real.” (pág.22)
JACQUES LACAN, El Seminario, Libro 20: Aun, Buenos Aires, Paidós, 2021, pp.121-125, 136, 144
“Con todo no sería malo que para la próxima vez hayan leído algo que llamé L’Etourdit (El Distraidicho) que parte de la distancia que hay del decir al dicho.” (pág.121)
“Porque lo propio del dicho es el ser, lo decía hace un rato. Pero lo propio del decir es existir respecto a cualquier dicho que sea.” (p. 124) (OE, p.474/5)
“Vean L’Etourdit (El Distraidicho). No dije el decir queda olvidado, etc., dije que se diga… Asimismo, en ese caso, no dije porque no es más que eso.
No es eso, con ese grito se distingue el goce obtenido del esperado. Ahí se especifica lo que puede decirse en el lenguaje. La negación, según toda semejanza, proviene de allí. Pero nada más.” (pág.136) (OE, p.476)
“Así, lo simbólico no se confunde, ni de lejos, con el ser, sino que subsiste como ex-sistencia del decir. Esto lo subrayé en el texto llamado L´Etourdit, diciendo que lo simbólico solo soporta la ex-sistencia.” (p. 144)
LA SAGNA, Ph., Adam, R., “Chap.XIII-Récréation topologique”[Recreación topológica, trad. Elvira Tabernero], Contrer L’universel-“Letorduit” de Lacan à la lettre, Paris, Èditions Michèle, 2020
El dicho que hace corte es el losange del fantasma que separa sujeto y objeto a: S/<>a. En el “atolondradicho” Lacan hace equivalente el corte al dicho, corte que “hace sujeto: sea lo que sea que ciña” (O.E. P.497). Objeto a y sujeto son aquí heterogéneos en cuanto a su naturaleza topológica. (p.11)
“No espacio” es, pues, relativo al espacio del decir, decir de la no-relación que solo se cierne en hueco. Lacan utilizará pues el cross-cap para situar espacialmente las relaciones del decir y del dicho. El dicho se convierte en corte, pero el decir sólo resuena en el intervalo, de un no-espacio entre sujeto y objeto. No se atrapa por el sentido…sino por el au-sentido, que únicamente se escucha en el equívoco.(p.12)
JACQUES ALAIN MILLER, Bricolaje, Piezas Sueltas, Edit. Buenos Aires, Paidós, 2016, p. 10
“Pensar que existe la actitud, en el sentido en que lo definí, recuerda que tras lo que se dice puede haber algo, a saber, el hecho de que se diga. Es el recordatorio que Lacan efectuó al comienzo de su escrito “El atolondradicho” y que encuentran en la página 473 de la recopilación de Otros escritos: “Que se diga queda olvidado tras lo que se dice en lo que se oye”. Este que se diga, la actitud proposicional, el hecho de la enunciación, a menudo queda olvidada -es lo que Lacan subraya- tras lo que se dice” (OE, p. 473)
JACQUES-ALAIN MILLER, Un esfuerzo de poesia, Buenos Aires, Paidós, 2016, pág. 58, 67, 68
“En “El atolondradicho, precisamente, Lacan vuelve a poner en juego la diferencia, que antes había tomado de la lingüística, entre la enunciación y el enunciado, pero revistiéndola con nuevos términos (que pone distancia con ese dominio de origen): el decir y el dicho.
Cuando Lacan, en este escrito, enuncia que la interpretación es apofántica, añade que ella apunta a la causa del deseo, es decir que interpreta lo que ella relega al rango de efecto” (p. 58)
“Lacan retoma la referencia a la matemática para que nos sirvamos de ejemplo, en el discurso matemático “el lugar del decir es análogo [de lo] real”. Al igual que el decir, en efecto, lo real ex-siste a los dichos (…) Esto es lo que implica que lo real pueda situarse como imposible. En función de la lógica de los dichos, lo real es efecto imposible.”(p. 67)
“A esto hay que agregar la estructura, y en este sentido, por este sesgo, lo real es equivalente a la estructura. Como ex-sistente, tiene el status de dicho, tiene el de lo necesario.Éste es el sentido en el cual lo real es el otro nombre de la estructura(…) esto supone tomar en serio que una de las caras des decir es el dicho, el decir como dicho. Es algo homólogo a la noción de lo real ex-sistente que no obstante, puede salir a relucir en ese conjunto de dichos. Peso sale a relucir bajp una forma que conocemos: como el a éxtimo que el conjunto de dicho viene a rodear” (pág 68)
“El “único real reconocido primero en el lenguaje: a saber, el número”. Tiene estatus de real porque es, en el lenguaje, lo que vuelve al mismo lugar, y allí está como de una sola pieza, sin costura, junto a lo más evidente.” (pág 68)
ESCRITURA
… solo hay cuestión lógica a partir de lo escrito, en la medida en que lo escrito no es justamente el lenguaje. (Jacques Lacan, De un discurso que no fuera semblante. p. 60)
JACQUES LACAN, El Seminario, Libro 25. Momento de concluir. Lección del 10 de enero de 1978, inédito
“¿Cuál es el lazo (lien), sino el lugar (lieu), de la representación de lo escrito? Tenemos la sugestión de que lo Real no cesa de escribirse. Es seguramente por la escritura que se produce la activación (forcage). Ello se escribe, igualmente lo Real, pues es necesario decirlo: ¿de qué modo lo Real aparecería si no se escribiera? Es seguramente por lo que lo Real está allí. Está allí por mi forma de escribirlo. La escritura es un artificio. Lo Real no aparece pues más que por un artificio, un artificio ligado al hecho de que hay la palabra e incluso el decir. Y el decir (le dire) concierne a lo que se llama la verdad. Es seguramente por lo que “digo” que, la verdad, no se puede decirla (la dire).
“El inconsciente es lo que he dicho, eso no impide contar, contar de dos formas que no son, ellas, más que formas de escribir. Lo que hay de más Real, es lo escrito y lo escrito es confusional (confusionnel).
JACQUES ALAIN MILLER, El Uno solo, curso inédito, “Progresos en psicoanálisis bastante lentos I”, clase 1 del 19 de enero 2011, Freudiana, nº73, Barcelona, 2015
Lacan nunca dijo: “Mi obra”. No dijo tampoco: “Mi teoría”. Él decía: “Mi enseñanza”. No se pensó ni se identificó con la posición de un autor sino con la de enseñante.
Sus escritos han sido también ocasiones que suscitaron el movimiento de cerrar mediante la escritura una articulación, a menudo bajo demanda (…) marcada por la contingencia” “Mediante la escritura Lacan fija su doctrina, el uso propio de sus términos.”
ESTHELA SOLANO-SUÁREZ, Tres segundos con Lacan, Barcelona, Editorial Gredos, 2021 p 78
La existencia concierne a lo real. Cernir lo real supone acudir a la lógica, la cual convoca no al significante retórico, sino al significante matemático, el que se apoya en la función del escrito, el que se apoya en la función del escrito. Siguiendo esa orientación, Lacan procederá a la escisión del ser y de la existencia con el fin de tocar en la experiencia analítica lo real del goce que escapa al semblante. Es la vía que Lacan abre a parir de considerar que la no-toda es del orden del heteros, agregando «Debe darse inicio a la lógica del heteros, siendo notable que es en ella donde desemboca el Parménides a partir de la incompatibilidad del Uno con el ser», donde palpamos hasta qué punto la cuestión relativa al goce femenino condujo a Lacan a desplazar el psicoanálisis del Otro hacia el Uno.
FINAL DE ANÁLISIS
El psicoanálisis solo accede a él (el lenguaje) por la entrada en juego de Otra dichomansión, que se abre ahí porque el cabecilla (del juego) “hace de semblante” de ser el efecto mayor del lenguaje, el objeto con que se (a)nima el corte que así permite: es el objeto (a), para llamarlo con la letra que le asigno. (OE, p. 513)
JACQUES LACAN, El Seminario, Libro 25. Momento de concluir. Lección del 10 de enero de 1978, inédito
Debido a que se prefería —en fin, Simatos prefería— que no hubiera más que miembros de esta escuela, ha sido un poco lejos y sólo pude volver con dificultad. Alguien —es alguien que habla conmigo— alguien esperaba, visto que el asunto no era otro que lo que llamo: “El Pase”, alguien esperaba algunas luces sobre el fin del análisis. El fin del análisis: se lo puede definir. El fin del análisis es cuando se ha girado dos veces en círculo, es decir reencontrado esto de lo cual se está prisionero. Recomenzar dos veces el giro en círculo, no es cierto que sea necesario. Basta qué se vea eso de lo que se está cautivo, y el inconsciente es eso: es la cara Real —puede ser que tengan una idea luego de haberme escuchado numerosas veces, puede ser que tengan una idea de lo que llamo lo Real— es la cara Real de eso en lo que se está enredado (empêtré)
VICENTE PALOMERA, “Estructura y afecto al final del análisis”, Revista El Psicoanálisis Nro 40, 2022, p.121
En 1967, Lacan evoca la posición depresiva en la Proposición de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela. Es en ese momento, en este texto donde Lacan evoca explícitamente lo que califica como “posición depresiva”. En este texto Lacan da a la posición depresiva un valor estructural.
Solo cinco años más tarde, encontramos una segunda referencia a propósito de la depresión al final del análisis, en El atolondradicho: “El analizante solo termina al hacer del objeto a el representante de la representación de su analista. Entonces, en tanto dure su duelo por el objeto (a) al que por fin lo ha reducido, el psicoanalista persiste en causar su deseo: más bien maniaco-depresivamente. Es el estado de exultación que Balint, aunque abordándolo por otro sesgo, describe sin embargo bien: más de un “éxito terapéutico” encuentra allí su razón, y sustancial eventualmente. Luego, el duelo se termina (P. 511)
Cuando, en El atolondradicho, Lacan declara que “el analizante hace del objeto a el representante de la representación”, lo que está diciendo es que es el objeto a el que se convierte en el representante de la representación:
a
S2
Este es justamente el matema que nos propone de la posición del analista en este periodo en el cual dura el duelo, el duelo dura mientras el analizante hace del analista (del pequeño a), el representante de la representación.
En primer lugar, en el párrafo citado de El Atolondradicho que, como ya hemos señalado, prolonga la Proposición de octubre, se indica un más allá del momento depresivo final: “Entonces, en tanto dure su duelo del objeto a al que por fin lo ha reducido, el psicoanalista persiste en causar su deseo: más bien maníaco-depresivamente. Es el estado de exultación que Balint, pese a abordarlo por donde no es, describe muy bien, ‘más de un éxito terapéutico’ encuentra ahí su razón […]. Luego el duelo se consuma” (P. 511).
Para ir concluyendo, las respuestas dadas han sido éstas: que el análisis está terminado cuando el sujeto hizo el duelo del objeto a (Proposición de octubre de 1967); luego, en El Atolondradicho, añadirá que está terminado cuando el sujeto se aseguró de saber los imposibles que el lenguaje impone al nivel del sexo, del sentido y de la significación. Dice “asegurarse un saber”. Este modo de fin está pensado en función a lo real de lo simbólico, sus imposibles y su efecto de negativización.
INTERPRETACIÓN
“Otro decir, para mí, es allí privilegiado: la interpretación, que no es modal, ella, sino apofántica. Añado que en el registro de la lógica de Aristóteles es particular, porque concierne al sujeto de los dichos particulares, los cuales notodos (asociación libre) son dichos modales (la demanda entre otros).
La interpretación, como lo formulé en su tiempo, atañe a la causa del deseo, causa que ella revela, y de la demanda que con su modal arropa el conjunto de los dichos.” (OE, p.497)
LA SAGNA, Ph., Adam, R., “Chap.XIII-Récréation topologique”[Recreación topológica, trad. Elvira Tabernero], Contrer L’universel-“Letorduit” de Lacan à la lettre, Paris, Èditions Michèle, 2020
La topología es lo real, dirá Lacan, y la cura apunta a tocar ese real por el corte de la interpretación que tiene como efecto provocar modificaciones de la estructura misma, subversiones topológicas. (p.2)
Esta diferencia entre corte simple y doble es fundamental. Lacan le dará todo su peso más abajo en el texto. Hará del corte a doble vuelta el verdadero corte de la interpretación, que revela el au-sentido. Para que una interpretación revele la estructura moebiana del sujeto y revele el au-sentido que le separa del objeto, la interpretación deberá seguir un corte a dos vueltas mientras que el corte de una sola vuelta será el que se basa en el simple sentido y el universal, evitando lo real.(p.7)
“La estofa” es producida y transformada por la interpretación. Lacan hablará más tarde también del espacio de los equívocos. El decir es aquí ex-istencia al dicho. El analista interpreta no el sujeto ni el objeto, sino el au-sentido, el no espacio que se abre: espacio necesitado de dos orillas (sujeto y objeto) para situarse como intervalo.(p.12)
ERIC LAURENT, Escritura <> Goce, Freudiana nº 93, Barcelona, 2021, pág. 95
«En todas las cosas del mundo y la lengua, Lacan ve irregularidad, equívoco. Dará de ella un desarrollo radical dos años después de Lituratierra, en el Seminario Aun y El atolondradicho. “Una lengua entre otras no es otra cosa sino la integral de los equívocos que de su historia persisten en ella.” Esta definición de la lengua es traída como fundamento de la posibilidad de ese decir particular que es el decir del psicoanalista: la interpretación. Sólo se sostiene por forzar el equívoco.» (OE, p.514)
ERIC LAURENT, La interpretación: de la verdad al acontecimiento, El psicoanálisis, nº35, Barcelona, 2020, pág. 74
“El decir del analista, que responde al decir del inconsciente, se vuelve híbrido, Lacan lo ha podido llamar jaculación. “Lo que establecemos con el nudo borromeo ya va en contra de la imagen de la concatenación. El discurso en cuestión no hace cadena […] Por lo tanto surge la cuestión de saber si el efecto de sentido en su real depende de la utilización de las palabras o bien de su jaculación. […] si nos tomamos el trabajo de aislar la categoría del significante, vemos bien que la jaculación conserva un sentido aislable”. Para mantener este lazo de un efecto de sentido que permanece, sin creer no obstante en el transporte de un enunciado, Lacan llega a postular la existencia de un efecto de sentido real. “El efecto de sentido exigible al discurso analítico no es imaginario. Ni siquiera es simbólico. Debe ser real.” (p. 74)
“Esta interpretación no es del orden de una traducción mediante la añadidura de un significante dos en relación a un significante Uno. No se pretende la concatenación o la producción de una cadena significante. Ella toma acta del nuevo objetivo de sujetar el nudo alrededor del acontecimiento de cuerpo y de la inscripción que puede anotarse (a) en un uso renovado.” (p.75)
“Es la voz que retorna en la jaculación como nuevo uso del significante. El retorno de esta voz ha podido ser nombrado por Jacques-Alain Miller como vociferación. “A la palabra, añade la vociferación. Añade el valor, la dimensión y el peso de la voz”. La voz rompe con el lazo del enunciado y la enunciación. La jaculación se quiere enunciado de un lugar que ya no es enunciación del sujeto, es enunciado del lugar de “Ya-Nadie”. “El lugar de Ya-Nadie, es sin duda el lugar del sujeto, pero un lugar concebido y nombrado por Lacan como el redondel quemado en la maleza del goce… esto es lo que se vocifera del lugar de Ya-Nadie”. (p.76)
LALENGUA
Este decir no procede más que del hecho de que el inconsciente, por estar “estructurado como un lenguaje”, esto es lalengua que habita, está sujeto al equívoco con que cada una se distingue. (OE, p. 514)
ERIC LAURENT, Escritura <> Goce. Revista freudiana nº 93, Barcelona, 2021. Pág 95
«En todas las cosas del mundo y la lengua, Lacan ve irregularidad, equívoco. Dará de ella un desarrollo radical dos años después de Lituratierra, en el Seminario Aun y El atolondradicho. “Una lengua entre otras no es otra cosa sino la integral de los equívocos que de su historia persisten en ella.” Esta definición de la lengua es traída como fundamento de la posibilidad de ese decir particular que es el decir del psicoanalista: la interpretación. Sólo se sostiene por forzar el equívoco.» (pag.514)
ESTHELA SOLANO-SUÁREZ, Tres segundos con Lacan, Barcelona, Editorial Gredos, 2021 p. 82
“El análisis de una mujer orientado hacia lo real puede conducirla hasta el término que marca para ella una satisfacción, la cual rubrica la salida del estrago. Esta solución se obtiene de la operación analítica que producirá un corte que separe lo que es relativo a la función de la madre de lo que proviene de lalengua. Dado que es la madre la que transmite la lengua, la hija atribuye ingenuamente a la madre las consecuencias de los efectos trazados por la lengua sobre el cuerpo; estos efectos, como efectos de goce que afectan, producen acontecimientos de cuerpo.”
HEBE TIZIO, El trauma de lalengua y la interpretación, El Psicoanálisis, nº38, Barcelona, octubre 2021, pág. 52
Lalengua es la integral de los equívocos que persisten en ella, como lo precisa Lacan en el Atolondradicho (0E, P. 514) y civiliza el goce permitiendo que el cuerpo goce de los objetos, del objeto a como núcleo elaborable del goce pero que solo depende de la existencia del nudo, de las tres consistencias de los toros que lo constituyen.
ERIC LAURENT, Escritura <> Goce, Freudiana nº 93, Barcelona, 2021, pág. 95
«En todas las cosas del mundo y la lengua, Lacan ve irregularidad, equívoco. Dará de ella un desarrollo radical dos años después de Lituratierra, en el Seminario Aun y El atolondradicho. “Una lengua entre otras no es otra cosa sino la integral de los equívocos que de su historia persisten en ella.” Esta definición de la lengua es traída como fundamento de la posibilidad de ese decir particular que es el decir del psicoanalista: la interpretación. Sólo se sostiene por forzar el equívoco.» (*pag.514)
PHILIPPE LA SAGNA, Lalengua y el atolondradicho (Traducción de Elvira Tabernero.)
El lenguaje no capta lo real, incluso en cierto modo, “deriva” (OE, p. 513), al contrario, de lo real. Habría en el ab-sens (au-sentido) de la relación sexual, como real, el origen de una llamada al sentido. El lenguaje se convierte entonces en el lugar de sedimento del goce en el sentido, en el sentido que el lenguaje produce. El lenguaje sirve pues para gozar, en el sentido de alojar el goce del cuerpo en lalengua. Lo que falla también el lenguaje es el objeto a, el cual, sin embargo, es uno de sus efectos.
Pero vamos a ver cómo en la interpretación Lacan mantiene la exigencia lógica por y para el equívoco. El inconsciente estructurado como un lenguaje quiere decir entonces que el inconsciente habita lalengua (¡y no solamente el lenguaje!) y este hábitat lo liga al equívoco propio de lalengua. El equívoco es lo que permite distinguir una lengua, particularizarla respecto de las otras. Lalengua consiste en la suma, y por tanto en la historia de sus equívocos, producidos a lo largo del tiempo. Esta producción, Lacan no tardará en atribuirla especialmente a las mujeres. Si algo en la historia puede ser supuesto, es más bien que sea el conjunto de mujeres el que ha engendrado lo que yo he llamado lalengua, ante una lengua que se descomponía, el latín en la ocasión, puesto que de eso se trataba en el origen de nuestras lenguas. Nos podemos interrogar sobre lo que ha podido guiar un sexo entre los dos hacia lo que yo llamaré la prótesis del equívoco, y que hace que un conjunto de mujeres ha engendrado en cada caso lalengua.
Para concluir, lalengua hace sedimento del goce en el cuerpo, pero ¿a qué precio? Lacan, en otro texto, “La Tercera”, nos dice que eso no ocurre sin mortificarla: “no sin que ella se presente como leña seca” Pero sin embargo testimonia de la vida. En este texto Lacan puede decir: “No es porque el inconsciente esté estructurado como un lenguaje, es decir, lo mejor que él tiene, no es por lo que el inconsciente no dependerá estrechamente de lalengua, es decir, de lo que hace que toda lengua sea una lengua muerta, aun cuando siga estando en uso”
TOPOLOGÍA LACANIANA
La topología no está “concebida para orientarnos” en la estructura. Ella es la estructura: como retroacción del orden de cadena en que consiste el lenguaje. (Otros Escritos, p. 507)
LA SAGNA, Ph., Adam, R., “Chap.XIII-Récréation topologique”[Recreación topológica, trad. Elvira Tabernero], Contrer L’universel-“L’Etorduit” de Lacan à la lettre, Paris, Èditions Michèle, 2020
Para captar algo, la topología necesita una manipulación de los objetos que describe, lo que implica también cierto placer de ver nacer lo inesperado por medio de cortes. Evidentemente esto tiene que ver con lo que tratamos en la experiencia analítica. Algo de una respuesta de lo real aparece en juego aquí: cuando se hace un corte, “eso” (“ello”) responde por una nueva forma. (p 2)
Lacan va a hablar más abajo del “no espacio del discurso matemático”(O.E. p.496). Lo que demuestra la topología es que el espacio no está dado de antemano sino construido y que evoluciona con los productos del corte como lo muestra la continuación de las figuras. (p.12)
El reto de la topología del “Atolondradicho” es pues situar el lugar del decir en relación con los otros elementos de la estructura que son sujeto, objeto, dicho, por hacer de ellos lo que hay de más próximo de lo real: “El lugar del decir es el análogo en el discurso matemático de ese real que otros discursos ciernen con lo imposible sus dichos” (O.E. p.500)
JACQUES ALAIN MILLER La topología en la enseñanza de Lacan. en Matemas 1, Buenos Aires, Edit. Manantial, 1987, p. 81
…lo verdaderamente propio de Lacan es el no haberse contentado con la metáfora, sino el haber implicado en ella la estructura que funda esa disposición espacial.
Incluso en El atolondradicho, y aún más adelante, encontramos, tratándose de esta espacialización, ese mismo movimiento: rechazo de la metáfora e implicación de la estructura, hasta llegar a plantear su problemático estatuto de “real”.
Este movimiento es constante en Lacan. Allí donde podría verse tan sólo metáfora, vuelve a instituir la estructura que la sostiene y, en un tercer tiempo, plantea que dichas estructuras están relacionadas con el real mismo en juego. (OE, p.515)
JACQUES ALAIN MILLER La topología en la enseñanza de Lacan en Matemas 1, Buenos Aires, Edit. Manantial, 1987, p. 83
El término extimidad permite hacer una serie a partir de cierto número de estructuras de la clínica lacaniana. Hay en Lacan un esfuerzo constante por reabsorber lo patemático en lo matemático, esfuerzo que no culmina en una reabsorción completa y al que en El atolondradicho considera como “la conquista del psicoanálisis”. Así, por ejemplo, existe la fascinación por el “mucho”; el nombre de esa experiencia en Lacan es el misticismo; el psicoanálisis hace un matema allí donde el místico encuentra un objeto de fascinación. (OE, p.509)
JACQUES ALAIN MILLER La topología en la enseñanza de Lacan. en Matemas 1, Buenos Aires, Edit. Manantial, 1987, p. 101
De todos modos, impulsó la reducción global de la topología a una combinatoria, lo hace en El atolondradicho, donde lo plantea considerando que esta disciplina como tal es combinatoria en su definición. No nos enfrentamos con un espacio, sino con una combinatoria, y éste es un texto de 1972.
JACQUES ALAIN MILLER La topología en la enseñanza de Lacan. en Matemas 1, Buenos Aires, Edit. Manantial, 1987, p. 103
Mi topología, dice Lacan, es un decir, y lo mejor que se puede hacer con él es hacerle ocupar el lugar que tiene lo real en el símbolo. Lo dice exactamente en la página 47 de El atolondradicho: “Entonces sobra ya el comentario en la imaginería de este decir que es mi topología. Un analista verdadero sólo se avendría a hacer que este decir ocupase el lugar de lo real…”
Digo y pienso que en este párrafo que está al final de la página 47 de El atolondradicho, Lacan cercó el problema y que allí el acento está más bien en un “hagamos como si fuese eso”. Se trata, finalmente, de lo que hay de menos imaginario, de más cercano a la experiencia, y quizás con eso se hace un psicoanálisis aceptable, es decir, ese que hace que el sujeto tenga la oportunidad de sacarse el peso del objeto a. (OE, p.500)
TRANSMISIÓN AE’s
SANTIAGO CASTELLANOS, La interpretación y el acto analítico, Rev. Freudiana N º 76. 2016
La sesión más corta que recuerdo. Comencé diciendo que “el análisis está hecho de piezas sueltas” y el analista me contestó: “exactamente”, dando por finalizada la sesión. Me levanté del diván y le comenté que no me daba tiempo a decirle… y me respondió: “queda suelta”.
Esta interpretación del analista no es cualquier cosa, para un sujeto obsesivo que trata de capturar lo real por la vía del sentido. Daba vueltas en redondo como una tuerca pasada de rosca y la interpretación desarticula este funcionamiento e introduce la fragmentación y el vacío como elementos imprescindibles para que el análisis pueda finalizar. La experiencia de la fuga del sentido abre la posibilidad de aislar lo real del síntoma, lo incurable y sus restos. El sueño del final.
BERNARD SEYNHAEVE
Miller, J.A., Se terminó, entonces, el pase, Sutilezas Analíticas, Bs As, Paidós, pp.209-210
“Sólo diré que lo que me ha enseñado a mí en particular es que hasta que punto las interpretaciones del analista son creación del analizante. (…) Por lo tanto, es usted quien las crea como interpretaciones sensacionales que provocan sismos.(…) Se trata, pues, de una lección de humildad para el analista.(…)…es usted quien crea eso, quien le da un valor. Así como Lacan podía decir que el analista forma parte del concepto de inconsciente, hay que subrayar que el analizante forma parte del concepto de interpretación”
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dle.Rae.es
enciclopedia.us.es -
www.une.org
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Roget, P., “Thesaurus of English words and phrases”, Spottiswoods & Co., London, 1856
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Lacan, 1972, p.475
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Ibid., p.502
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Ibid., p.507
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Ibid., p.495
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Ibid., p.500
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Ibid., p.482
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Ibid., p.490
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Ibid., p.492
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Ibid., p.505
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Ibid., p.505
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Lasagna, Cap.XIII, inédito, 2023, p.12
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Lacan, 1972, p.518
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Ibid., p.514
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Ibid., p.511
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Ibid., p.511
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